Capitulo 12- Descontrol.

Sentí como mi cuerpo se iba haciendo pequeñito, se escondía tras la oscuridad. Tras una gran barca de tonos azulados. No supe que decir, tierra tragame. La vergüenza invadió mis mejillas dejándolas de un tono cada vez mas rosado. Las palabras se tropezaban en mi garganta, luchando por decir lo correcto. Luchando por decir algo con sentido, que lo arreglara todo. Nerviosa alze mi mano al agua, se la tendí. No quería esperar la reacción. Cerré mis ojos con fuerza, espere al rechazo evidente. Abrí los ojos y vi su mirada clara como el agua mirándome con fuerza. Moví la mano, haciendo incapie en que me cogiera la mano. Ella me la cogió, sonrió de manera algo forzada quizá. La ayude a subí, mientras intentaba tapar mi descarada sorpresa.

-Esto, yo lo.. lo.. siento -mis palabras sonaban atropelladas.
-No pasa nada- dijo mientras se acercaba a mi oído- se que es duro ser nueva- dijo entre susurros.

Estaba flipando, ella. Era fría, no por la temperatura del agua no. Su mirada era fría, su expresión era fría, era fría, muy fría. Y ahora, estaba ahí, sonriendome. Calada y yo alucinando. Me sonrió, esta vez de manera mas sincera. Entonces, empezó a reír. No de una manera normal, de manera descontrolada. Se rieron todas, todas se rieron muchísimo. Yo me contagie con ellas y empezamos a reír mirándonos entre nosotras.

Salimos de las barcas, charlamos un montón de tiempo entre nosotras. Fue muy divertido, Lena se ofreció a llevarme a casa. En el coche hablamos, la pedí perdón un millón de veces. Ella siempre me decía que no pasaba nada, total iba de sport decía siempre. Llegamos a mi casa, todas nos despedimos, había sido una tarde genial. Me baje, Vann se bajo conmigo. Hablamos durante un rato, nos paramos en la puerta de mi casa.

-¿Por que hay tanto barullo?- me dijo.

Eso quería saber yo, ¿No habría llegado el mal nacido ese? ¡HELP!

Capitulo 11- Paseo.

Me sentí mejor cuando Vannesa dijo aquello. Todas estallamos en una carcajada. Sus sonrisas me dejaron algo perplejas, me sentí unida a ellas. Me sentí... ¿integrada? Algo así. Pasó uno de esos autobuses rojos que recorren Madrid siempre, los de los turistas.

-Vamos a subir- dijo Elena. Todas la miraron perplejas, pero no dudaron en subir.

En el piso de arriba, no lo dudamos. Primero, empezó la ronda de preguntas. Novios, amigas, Jenn, Alvaro, ¿Sales con Alvaro?, ¿Por qué no?, notas.. lo de siempre. Y entonces llego el tema... familia.

-¿Tienes hermanos?
-Esto no.. bueno mi madre no ha tenido mas niños.
-¡Ah! Bueno, más libertad para ti ¿no?
-Supongo.

No miento, pensé. Mi madre no ha tenido niños. ¡Buff! Me voy a morir con el mini ladrón en casa.

Entonces algo me distrajo había música, pero Pereza, Blink 182, Panic... esto debe ser un sueño. La música era mi vida, esto era genial perfecto.

Las calles de Madrid iluminada por ellas. Quizá no solo por ellas, sino por nosotras.

Una reflex, sus gafas de sol. ¡Oh, oh! Mis gafas están en casa... ¡MIERDA!

-Toma estas son blancas pero te quedaran genial- Anna me tendió su mano.
-Gracias- en realidad no era un simple gracias, estaba agradecidisima.

Mil fotos: grupo, por parejas. Me sentí cómoda, todas querían hacerse fotos conmigo, me pareció perfecto. Me encanta la fotografía, aunque no se me da muy bien. La música se fundía en nuestros oídos canturreábamos y charlábamos sobre cualquier tema. A tres metros sobre el cielo, amores, adolescentes. Bares, me señalaron cada bar al que habían ido.

Salimos del autobús compramos unos helados y una especie de sombreritos de paja. Próximo destino: el retiro. Perfecto. Llegamos allí, era un sitio precioso. Alquilamos unas barcas, y nos pusimos por parejas: Ann y Kristin; Vann y Helen y yo, yo con Lena. Remaba de pena, pero ella se limito a reírse. Todas juntas, yo y ellas.
Hice algo con el remo, la barca se tambaleo. Sin quererlo ni beberlo, me quede sentada en la barca mirando atónita a Lena, que estaba en el agua nadando con el sombrerito luchando por flotar. Bien Paula, la cagaste.